30 que los gay deben de hacer ante de los 30

El número treinta tiene un significado social y psicológico importante y muy influyente. A esa edad no son pocos los hombres que sienten que su juventud ha terminado y que comienza una especie de “declive” en su vida. Quizá se deba a que en el cuerpo ocurren algunos cambios irremediables como la acumulación de grasa en la parte central del cuerpo, la cual es más difícil eliminar, o el hecho de que las canas comienzan a teñir el cabello.

Más allá de los cambios físicos –contra los cuales es complicado luchar– existe una presión social por lograr ciertos objetivos que se consideran “obligatorios” para cualquier hombre a nivel personal y profesional. Las presiones por un determinado puesto laboral, un estatus civil y económico, y una realización material agobian los días del género masculino.

Pasa 30 días sin beber: Sí, es posible. Cualquier hombre de 30 años ya debería ser capaz de saber divertirse sin necesidad de emborracharse.



Ten una relación seria: Siempre es importante un poco de estabilidad. Aunque no sea una relación monógama, siempre gusta tener a ese chico que te importe un poco más.

Siéntete a gusto ligando: No te pongas nervioso, eso te quita puntos. Sé tú mismo cuando te acerques al chico que te guste. Y estate preparado para una respuesta negativa. Es imposible tener éxito siempre. Si se cierra una puerta, otras se abrirán.

Céntrate en tu salud, no en tu cuerpo: Si te centras en tener costumbres saludables como hacer deporte o tener una dieta correcta, los resultados vienen solo. Por ejemplo, no vayas al gimnasio porque esté de moda, sino porque quieras tú mismo. Nunca te sentirás bien del todo comparando tu cuerpo con el de otro chico. Siempre habrá alguien más delgado, más musculoso o más alto. Como se ha dicho antes, sé tú mismo

Ten un amigo hetero: No vas a poder ligar con él (en principio), pero es necesario tener al menos uno. Los chicos heteros ven el mundo de una manera diferente a ti, y esa perspectiva te puede ser de ayuda.

Aprende a decir “no” sin sentirte culpable: A veces es necesario tener que decir no. No a sexo, no a beber, no a alguna cita… Forma parte de tu libertad y tu poder de decisión. No te obligues a hacer cosas que no quieres.

Conoce a alguien que no sea tu tipo: Es interesante conocer a alguien cuyas costumbres o ideas no son parecidas a lo que estás acostumbrado te aporta siempre un punto de vista diferente. Puedes aprender muchas cosas de esa experiencia.

Explora tu sexualidad: Todos tenemos algún fetiche. Algunos más retorcidos que otros. Experimenta sin prejuicios. Disfruta.

Ponte crema solar: A todo el mundo le encanta ponerse moreno, pero cuidado. El cáncer de piel es algo real. Protégete.

Deja de fumar: En serio, si fumas, déjalo. Por tu salud. Y porque el olor del tabaco no suele ser agradable.

Revisa tu armario: Todos tenemos ropa en nuestro armario que no nos sirve o no nos ponemos. ¿Para qué? Quizás deberías deshacerte de ella. Así estarás seguro de que siempre te quedará bien lo que cojas.

Olvídate de tu ex: A todos nos han roto el corazón alguna vez. Supéralo cuanto antes. No le des la oportunidad de afecte tus futuras relaciones.

Aprende a gastar el dinero: Es importante que sepas lo rápido que se va el dinero. No malgastes y aprende a no comprar caprichitos si no quieres encontrarte en alguna situación desagradable.

Asiste a un concierto de un icono gay: Siempre es una buena experiencia ver un concierto de una diva. Mónica Naranjo, Alaska, Cher… Canta sus canciones hasta que te quedes sin voz. Te liberará de estrés.

Liga con alguien de Grindr: Ten una cita con alguien desconocido a través de este tipo de aplicaciones. Puede ser una experiencia divertida.

No alardees de tus citas sexuales: No tienes 18 años para andar contando con cuántos te has acostado. Guárdalo para ti.

Aprende a estar solo: ¿No paras de tener citas? Tómate un respiro. Te vendrá bien para reencontrarte contigo mismo.

Ten una cita con un chico mayor que tú: La experiencia es un grado. No está nada mal probar esa experiencia. Anímate.

Acepta que tienes 30: Lo hemos escuchado mucho y no por ello es menos cierto: la edad es solo un número. No te asustes por llegar a la treintena. No es diferente a tener veintitantos.